Ojo con los síntomas del Dengue: ¿Cómo Reconocer los Signos y Síntomas Tempranos?

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Cada año son millones los casos diagnosticados con dengue en la región de las Américas. Según la PAHO, el 2023 fue el año de mayor registro de dengue en esta zona, llegando a una cifra de 4.565.911 casos (1). Esta es una enfermedad que característicamente afecta las zonas del hemisferio sur durante la primera mitad del año, momento en el que abunda la temporada de lluvia y la humedad. La importancia del reconocimiento precoz de esta enfermedad radica en su alta incidencia y en su potencial de gravedad, con una tasa de letalidad no despreciable.

 El dengue es una enfermedad viral transmitida por vectores, específicamente por el mosquito A. aegypti, el mismo artrópodo responsable de la transmisión del Zika, Chikunguña y la Fiebre Amarilla. Todas las anteriores constituyen causas de infección viral, una situación que añade un grado de dificultad al momento del diagnóstico, debido al solapamiento de ciertos signos y síntomas.

 En este caso, nos centraremos en las características de la infección del Dengue y sus posibles síntomas diferenciadores del resto de enfermedades virales, buscando informar al público para lo toma de decisiones oportunas.

 

¿Cómo nos contagiamos con la enfermedad y qué ocurre dentro de nuestro cuerpo?

 Tras la picadura por el mosquito, podemos ser infectados por 4 tipos diferentes de dengue. El virus entra en contacto con alguna de nuestras células cutáneas y se fusiona con esta. Estando dentro de la célula, comienza a replicarse y a madurar, con el fin de salir nuevamente a infectar células vecinas o a distancia a través del torrente sanguíneo. Desde el momento que somos infectados y ocurre este proceso inicial de multiplicación e invasión, pueden transcurrir entre 3 días a 2 semanas hasta el inicio de los síntomas del dengue (a estos se le conoce como periodo de incubación). 

 

¿Cómo se siente la infección?

 Tradicionalmente se ha dividido la infección en tres etapas: una primera fase febril, una segunda donde potencialmente pueden ocurrir las complicaciones (fase crítica), y una tercera de resolución. Es importante resaltar que no todos los individuos contagiados presentarán la segunda etapa de complicaciones, de hecho, es común que únicamente se presente la sintomatología general leve a moderada, con su posterior resolución.

 Tras el periodo de incubación aparecen los síntomas de la fase febril, los cuales generalmente tienen una duración de entre 3-7 días. El paciente suele presentar fiebre de inicio súbito, característicamente de alto grado (es decir, mayor a 38.5), asociado a sintomatología variada como dolor de cabeza (cefalea), escalofríos, conjuntivitis, dolor articular, muscular y óseo. Según las guías de práctica clínica, existen ciertos hallazgos que ayudan a decantarse hacia síntomas del dengue (en lugar de otras enfermedades virales). El dolor de cabeza que se localiza en la región posterior de los ojos, al igual que el cansancio marcado, el dolor abdominal, las náuseas/vómitos, o la diarrea, asociados a los síntomas generales mencionados, son manifestaciones que ayudan a diferenciar al dengue de otras enfermedades febriles. Adicionalmente, es común ver la aparición de un rash/erupción cutánea a los pocos días tras la desaparición de la fiebre, lo cual tiende a ocurrir en individuos que son infectados con dengue por primera vez.

 Durante esta primera fase, en caso de que se tomaran exámenes de laboratorio (lo cual no siempre está indicado), se podría encontrar un aumento de los glóbulos rojos y de enzimas del hígado, una disminución de los glóbulos blancos (leucopenia) y de plaquetas (trombocitopenia). De hecho, la disminución de las plaquetas (asociado a otras variables) es una de las razones por las cuales, los individuos con dengue pueden presentar sangrados en piel o mucosas.

 

¿Qué personas tienen mayor riesgo de evolucionar a una fase crítica o de complicaciones?

 

Únicamente un subconjunto de pacientes presentará unos síntomas del dengue de forma grave. Es imposible predecir quienes evolucionarán a una fase crítica, sin embargo, si es posible identificar a aquellos con mayor riesgo con el fin de instaurar medidas de prevención más rigurosas.

 Puntualmente, los individuos que han cursado previamente con una infección por dengue tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones en una segunda infección, particularmente si son infectados por un tipo diferente de dengue. Adicionalmente, también están en riesgo los individuos en edades tempranas, mayores de 65 años, embarazadas, o con comorbilidades asociadas que los posicionen en un estado de fragilidad con respecto al resto de la población.

 Las complicaciones del dengue surgen, por una parte, por el estado de trombocitopenia severa (plaquetas descendidas) lo que predispone a sangrados digestivos a través de las deposiciones, en forma de vómitos, sangrados nasales, en orina o incluso a menstruaciones abundantes.

 Por otra parte, el dengue afecta a los vasos sanguíneos, volviéndolos más permeables, o, dicho de otra manera, evitando que contengan adecuadamente la sangre en el sistema circulatorio. Cuando los vasos no contienen la sangre, es posible que esta se acumule en zonas anómalas, que descienda la presión sanguínea (hipotensión), que llegue menos sangre a órganos vitales como hígado, cerebro, corazón o riñón, causando fallos orgánicos y “shock”.

 

¿Qué situaciones, signos o síntomas deben alarmarnos y hacernos consultar?

 

-        Aquellos individuos con dolor abdominal intenso, constante y/o que empeora

-        Intolerancia a la alimentación o a la hidratación por presencia de nauseas o vómitos marcados

-        Alteración en el comportamiento (mayor irritabilidad o somnolencia)

-        Sangrado por cualquiera de las zonas anteriormente mencionadas

-        Dificultad para respirar

-        Descenso de la presión arterial, en caso de poder cuantificarla

-        Mujeres en embarazo

-        Pacientes con alteraciones de la coagulación diagnosticadas previamente

 

Si se tiene la sospecha de dengue, ¿qué medidas pueden tomarse?

 

No existe un tratamiento específico aprobado contra el dengue, por lo que se dice que el tratamiento, tanto de las presentaciones leves como grave es de soporte. En caso de no presentar signos de alarma y estar cursando con la sintomatología sugestiva de un dengue leve o moderado, el pilar del tratamiento yace en la hidratación.

 Además de la optimización de las funciones inmunológicas generales que son de ayuda en términos preventivos así como terapéuticos, estudios han corroborado propiedades antivirales intrínsecas en el BIRM, es decir, capacidades de fomentar procesos internos específicos para el ataque contra virus. Adicionalmente, debido a su actividad inmunomoduladora, el BIRM asiste en el manejo de la inflamación generalizada que ocurre durante la infección por el dengue, lo cual a su vez, coadyuva en el manejo analgésico de los síntomas tales como la cefalea y el color corporal. 

 

¿Qué medidas preventivas pueden tomarse para evitar la infección por dengue?

 

El dengue se evita cuando evitamos la picadura por el mosquito transmisor. Si se vive en una zona con clima tropical o subtropical se recomienda:

-        Procurar estar bajo techo o en áreas interiores en el horario del amanecer y el atardecer

-        Utilizar ropa de holgada que cubra la mayor parte de las extremidades

-        Utilizar repelente de alta calidad tanto en piel como en prendas tras la aplicación de bloqueador solar

-        Eliminar recipientes con agua de cualquier tamaño. En caso de no poder eliminarlos, se recomienda el cambio del agua y la limpieza del contenedor mínimo cada 7 días con jabón.

-        Proteger puertas y ventanas con mosquiteros

-        Cambiar la basura diariamente, mantener el contenedor limpio y utilizar una cobertura para el mismo.

 

La infección por el dengue es una realidad anual en múltiples áreas del mundo. Lo importante en esta situación es conocer sus riesgos y signos de alarma con el fin de actuar de manera oportuna. Las complicaciones del dengue surgen de un estado de hiperactivación inmune y, por ende, de una falta de modulación y regulación corporal frente a la invasión por el virus. Es por lo anterior que resulta fundamental la preparación de nuestros cuerpos y la optimización de nuestro sistema inmunológico como medida preventiva adicional frente a las presentaciones clínicas de mayor gravedad.

 

(1) Guidelines for the Clinical Diagnosis and Treatment of Dengue, Chikungunya, and Zika. Washington, D.C.: Pan American Health Organization; 2022. License: CC BY-NC-SA 3.0 IGO. https://doi.org/10.37774/9789275124871.

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