ENFERMEDADES COMUNES EN EL REGRESO A CLASES Y CÓMO PREVENIRLAS
El regreso a clases es un momento esperado tanto por los niños como por sus padres y maestros. Este período marca el inicio de un nuevo ciclo de aprendizaje, socialización y desarrollo personal. Sin embargo, también es un tiempo en el que los niños están expuestos a un entorno que facilita la transmisión de diversas enfermedades. Durante la edad escolar, los niños se encuentran en una etapa crucial de su desarrollo inmunológico, lo que los hace más susceptibles a contraer infecciones. Además, la interacción cercana en aulas, en las áreas de descanso y comedores, incrementa las posibilidades de propagación de agentes infecciosos. Este fenómeno se acentúa al inicio del año escolar, cuando los estudiantes regresan de las vacaciones y se reencuentran con sus compañeros, portando algunos de ellos enfermedades que pueden haberse adquirido en diferentes lugares.
Existen algunas enfermedades que incrementan su incidencia en este momento específico. En su mayoría, suelen corresponder a infecciones de carácter viral o bacteriano. Entre ellas, destacan:
- Resfriado Común: una de las enfermedades más frecuentes en la edad escolar al transmitirse a través de gotas respiratorias. Tras toser o estornudar, se emiten gotas que contaminan superficies constantemente contactadas por otros niños.
- Gripe (Influenza): es similar al resfriado común, sin embargo, suelen presentarse síntomas más severos (ej. fiebre más alta, dolor muscular, fatiga y tos persistente).
- Gastroenteritis: es causada por virus como el rotavirus o norovirus. Se conoce en ciertos casos como la “gripe estomacal”. La transmisión es fecal-oral, lo que significa que se propaga a través del contacto con alimentos, agua o superficies contaminadas.
- Conjuntivitis: es una infección ocular, altamente contagiosa, que puede ser viral o bacteriana y se caracteriza por enrojecimiento, picazón, lagrimeo y secreción ocular.
- Varicela: es una infección viral caracterizada por la aparición de un sarpullido con ampollas que causan picazón, junto con fiebre y malestar general. Se propaga a través del contacto con las ampollas o por las gotitas respiratorias.
- Pediculosis (Piojos): aunque no es una enfermedad grave, la infestación por piojos es común en niños en edad escolar. Los piojos se transmiten por contacto directo cabeza con cabeza o al compartir artículos.
- Faringitis Estreptocócica: es una infección bacteriana de la garganta, causada por el estreptococo del grupo A. Los síntomas incluyen dolor de garganta severo, fiebre, dificultad para tragar y amígdalas inflamadas.
¿Qué ocurre con el sistema inmunológico cuando los niños padecen estas enfermedades?
El sistema inmunológico de un niño está en constante desarrollo y aprendizaje, especialmente en los primeros años de vida. Cada vez que un niño se expone a una nueva enfermedad, su sistema inmunológico responde de varias maneras:
· Cuando un patógeno (como un virus o bacteria) ingresa al cuerpo, la respuesta inmunológica innata es la primera línea de defensa. Esta respuesta incluye la activación de células inmunitarias que intentan destruir el patógeno. Durante esta fase, los síntomas como fiebre, inflamación y producción de moco son comunes, ya que el cuerpo está combatiendo la infección.
· Si la respuesta innata no es suficiente para eliminar el patógeno, el sistema inmunológico adaptativo entra en acción. Este sistema es más específico y "aprende" a reconocer el patógeno para atacarlo de manera más efectiva.
· Una vez que el cuerpo ha combatido una infección, algunos de los linfocitos se convierten en células de memoria que recuerdan al patógeno y permiten que el sistema inmunológico responda de manera más eficiente si el niño se expone nuevamente a la misma enfermedad.
· Durante y después de una enfermedad, el sistema inmunológico puede estar temporalmente debilitado o fatigado, lo que hace al niño más susceptible a otras infecciones si no se recupera adecuadamente. Es importante que se recuperen completamente antes de regresar a sus actividades normales para evitar una recaída o una nueva infección.
· A medida que los niños se recuperan de varias enfermedades a lo largo de su infancia, su sistema inmunológico se fortalece mediante un proceso de "entrenamiento" inmunológico, fundamental para protegerlo de una amplia gama de patógenos en el futuro.
¿Qué riesgos existen al contraer estas enfermedades durante la edad pediátrica?
Contagiarse con las enfermedades comunes en entornos escolares y guarderías puede tener diversos riesgos para los niños. Aunque muchas de estas enfermedades son generalmente leves, algunas pueden tener complicaciones más serias, especialmente en niños con sistemas inmunológicos comprometidos o condiciones preexistentes. Al enfermarse, los niños suelen perder días de escuela lo cual puede afectar su aprendizaje y desarrollo social. Además, ciertas enfermedades, en ciertos casos puntuales, pueden conllevar a complicaciones más graves si no se les da un tratamiento oportuno:
· El resfriado común puede derivar en segundas infecciones, como la otitis media (infección del oído), la sinusitis, o en ciertos casos, bronquitis.
· La gripe, al ser una infección de mayor intensidad, puede desarrollar complicaciones como la neumonía, o desencadenar episodios de asma en niños predispuestos.
· La gastroenteritis, principalmente en los niños de menor edad, puede conllevar a deshidrataciones de diverso grado, pudiendo requerir hospitalizaciones.
· La faringitis estreptocócica si no se trata oportuna y adecuadamente, puede conllevar a complicaciones cardiacas o renales, condiciones conocidas como “fiebre reumática” o “glomerulonefritis”
· La varicela generalmente es autolimitada, sin embargo, su mayor riesgo yace en la sobreinfección de las infecciones de la piel por bacterias. Particularmente en sistemas inmunitarios débiles, puede complicarse neumonía o con la inflamación del sistema nervioso central (encefalitis).
Además de las complicaciones propias de cada enfermedad, siempre existe el riesgo de propagar estas condiciones a otros miembros de la familia, incluyendo a los hermanos menores, o personas mayores/inmunodeprimidas que pueden ser más vulnerables. Adicionalmente, un aspecto importante es el impacto psicológico de la experiencia repetida de enfermedad y el aislamiento social que experimenta el niño, lo cual puede afectar considerablemente su bienestar emocional y psicológico.
Si los niños no refuerzan su sistema inmunológico, existe el riesgo de recaídas o infecciones recurrentes, lo cual puede tener un impacto en ciertos sistemas/tejidos de su cuerpo y aumentar la probabilidad de complicarse.
¿Qué medidas preventivas pueden tomarse para evitar padecer estas condiciones, o en su defecto, aumentar la capacidad para combatirlas?
La prevención es la clave para reducir la incidencia de enfermedades en entornos escolares.
1. Higiene de manos frecuente con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente antes de comer, después de usar el baño, y tras toser o estornudar.
- Protocolos de higiene respiratoria: enseñar a los niños a cubrirse la boca y la nariz, idealmente con un pañuelo desechable o con el codo al toser o estornudar.
- Vacunación: Asegurar que los niños estén al día con su calendario de vacunación.
- Desinfección regular de superficies de alto contacto.
- Políticas de no asistencia en caso de enfermedad. Esto ayuda a prevenir la propagación de infecciones en la escuela.
- Educación sobre hábitos saludables: inculcar a los niños la importancia de no compartir utensilios, alimentos, bebidas, ni objetos personales como cepillos de dientes o toallas.
En cuanto a medidas de fortalecimiento del sistema inmunológico, se incluyen:
- Una alimentación saludable, rica en frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales, además de nutrientes como la vitamina C, la vitamina D, el zinc y los antioxidantes. Adicionalmente, el agua es fundamental para mantener las membranas mucosas hidratadas, lo que ayuda a prevenir la entrada de patógenos al cuerpo.
- Los niños en edad escolar necesitan entre 9 y 11 horas de sueño por noche para que su sistema inmunológico se recupere y funcione correctamente.
- El ejercicio regular fortalece el sistema inmunológico y mejora la circulación, lo que permite que las células inmunitarias se muevan eficientemente por todo el cuerpo.
- Suplementos nutricionales: en algunos casos, puede ser necesario complementar la dieta con vitaminas o minerales específicos. Adicionalmente, para fomentar el correcto desarrollo de la inmunidad adaptativa, así como para fortalecer la inmunidad innata, el uso de suplementos naturales como el BIRM Kids resulta de gran ayuda como soporte inmunológico en este momento crucial del año.
Motivar a los niños a cuidarse del contagio de enfermedades requiere creatividad, paciencia y un enfoque adaptado a su edad. La transmisión de esta información mediante una educación divertida y adaptada a su edad, mediante herramientas audiovisuales, role-playing, actividades prácticas y experimentos sencillos que ayuden al entendimiento de la propagación de las enfermedades y faciliten el entendimiento de la prevención, resultan de gran ayuda. El ejemplo por parte de sus mentores en técnicas de prevención, y los sistemas de recompensas y refuerzos positivos al cumplir con prácticas de higiene, facilita la creación de buenos hábitos. Adicionalmente, la creación de rutinas y hábitos donde se integren las prácticas de higiene en la rutina diaria del niño, como lavarse las manos al llegar a casa o antes de comer, ayudan a automatizar el comportamiento. Finalmente, involucrar a los niños en el proceso y hacerlos parte de la solución siempre será una gran estrategia, permitiéndoles tomar decisiones sencillas, tales como la elección de sus propios jabones o decidiendo cómo prevenir enfermedades en casa, es una estrategia altamente motivante y enriquecedora. Estas estrategias no solo motivan a los niños a cuidarse, sino que también les enseñan habilidades importantes que pueden utilizar durante toda su vida para mantener una buena salud.
Aunque contagiarse con enfermedades comunes en la edad escolar presenta varios riesgos, estos episodios también desempeñan un papel crucial en el fortalecimiento del sistema inmunológico de los niños. Sin embargo, es esencial que estas enfermedades sean manejadas adecuadamente para minimizar las complicaciones y garantizar que los niños se recuperen completamente. La combinación de prevención, atención adecuada durante la enfermedad y estrategias para fortalecer el sistema inmunológico ayudará a que los niños naveguen este periodo de sus vidas de manera más saludable y segura.